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Cuando no tengamos que hablar de la VIOLENCIA DE GÉNERO

Estoy deseando que llegue el día en el que no tengamos que hablar de esto de la violencia de género, pero no veo que sea posible todavía.

Como cada año, se ha celebrado- o mejor dicho conmemorado -el día 25 de noviembre como Día Internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres, con actividades múltiples.

Nuevamente acudí a uno de esos eventos en los que asociaciones y entidades públicas hacen un recuento en memoria de las víctimas de violencia. Iba con una amiga que acudía por primera vez y según escuchaba los nombres de las víctimas, según poníamos una vela por cada una de ellas, en un gran lazo morado que colocaron en el suelo, según las voces se iban quebrando, aumentaba la emoción contenida de mi amiga que tuvo que hacer un gran esfuerzo por no dejar caer las lágrimas.

Cada una es una vida que llegó a su fin, sin ser de una manera natural. No mueren de viejas, mueren por lo vieja que es nuestra cultura con esa costra difícil de quitar.

En lo que va de año, 37 mujeres han muerto en España víctimas de la violencia de género. Ya son 1.118 víctimas mortales por violencia de género desde el 1 de enero de 2003, fecha desde la que se comenzó a contabilizar, hasta el día de hoy.

Es la mayor expresión de desigualdad y es fundamental que las empresas se involucren en su erradicación definitiva. Sin trabajo, sin dinero, sin justicia y equilibrio dentro de las entidades de cualquier clase, no pueden valerse por si mismas y siguen sumidas en el sometimiento constante. No solo se trata de tener trabajo, se trata de no dejarlas respirar. Por celos, por miedos, por complejos, por envidias, la necesidad de pertenencia -inseguridades asesinas que hay que cambiar.

Desde las acciones que fomentan la incorporación laboral, el mantenimiento del empleo y el desarrollo profesional, hasta llevar a cabo acciones de sensibilización, formación, prevención y gestión del acoso sexual y por razón de sexo, el ámbito empresarial es clave para actuar contra este grave problema estructural.

El 19 de noviembre ha sido el Día Internacional de la Mujer Emprendedora. Fecha marcada por el Consejo de Naciones Unidas para visibilizar el emprendimiento femenino. Cada vez más necesario, para evitar esa subordinación a la que se ven sometidas de manera exagerada muchas mujeres que no saben como defenderse de esta jerarquía de manera asertiva.

El 10 de noviembre se celebró el Día Europeo de la Igualdad Salarial. Día en el que se indica que las mujeres comienzan a trabajar gratis debido a la brecha salarial. Tan solo por la diferencia de los salarios frente a los hombres estos días es como si no los cobrasen, pero, además, hay que recordar las dobles y triples jornadas a las que las mujeres cuidadoras se encuentran sometidas de manera gratuita, por ser las asignadas socialmente para la misión de los cuidados.

La brecha salarial es un grave problema, por el que las mujeres cobran un salario inferior al de los hombres por la realización de trabajos de igual valor por causas como pueden ser: los estereotipos, prejuicios en la selección de personal y en el desempeño de ciertos puestos de trabajo, la falta de promoción profesional, el empleo precario, la ausencia de corresponsabilidad, etc.

En la lucha contra esta realidad, demostrada y demostrable, la normativa empuja a las empresas a llevar a cabo en el marco de los Planes de Igualdad, una auditoría retributiva basada en los puestos de trabajo de la organización, que dará lugar a un diagnóstico de situación en la materia y al diseño e implantación de un plan de acción concreto para luchar contra esta brecha salarial en caso de constar esta dentro de la empresa.

La observación de esta igualdad retributiva no ha de quedarse en la observación del salario, sino que ha de valorar los complementos salariales y la capacidad de negociación.  Ha de hacer ver a los responsables la necesidad de igualar derechos y oportunidades, para hacer la empresa más rentable, sostenible y competitiva, además de más justa.

No solo deben hacerlos por sus bondades. Deben temer las sanciones por incumplimiento.

Desde marzo de 2022 las empresas con más de 50 trabajadores deben tener los planes implantados, pero también es exigible en algunas por el convenio de colaboración al que se encuentren adheridos, y cuando se trate de sustitución de sanciones en un procedimiento sancionador acordado por la autoridad laboral.

En algunas entidades ya se están haciendo estudios de valoración sobre la idoneidad de las medidas del trabajo a distancia, para ver si realmente es beneficioso o perjudicial para las familias y en concreto para las mujeres este tipo de trabajo.

Los datos siguen sorprendiendo cada año.

María Álvaro

655468663

maria.alvaro@gmail.com            mcgestion.org

Author

Redacción MC Gestión

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